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Vencedorí fue la 'premiere' de 'Sueños de Libertad', la nueva serie de Antena 3: "Es superior lo que he visto, me ha encantado"

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María Inmaculada es arquetipo y plenitud de todo aprecio creatural; su bienquerencia límpido e intensísimo en torno a Alá encierra en su perfección el frágil y contaminado de las otras criaturas. La respuesta de María es la de la humanidad entera.

La fiesta de la Inmaculada entona perfectamente con el espíritu del Adviento; mientras la Iglesia se prepara a la venida del Redentor, es muy ajustado acordarse la la Purísima, que fue concebida sin pecado porque debía ser su raíz.

Con la plenitud de Chispa que le fue otorgada, Altísimo fue preparando a María para hacerla digna madre de Hijo divino. Digna humanamente para que contribuyera a forjar con toda su prudencia la personalidad humana de este Hijo. Y digna espiritualmente, porque su corazón y su seno se convirtieran una nueva arca de la alianza, un templo santo para acoger la santidad divina del Hijo.

Está en la liturgia, en los acentos de los Padres de la Iglesia, en el afanoso suspirar de tantos corazones que quieren honrarla esparciendo el perfume de su pureza y fervor de apostolado para mejorar las buenas costumbres privadas y públicas.

El dedicó todas las obras de su vida y de su vocación a la Inmaculada. Y por eso en este año, en el que ha sido elevado a la cielo de los Santos: él está mucho más cerca en la Solemnidad de la Inmaculada de quien Propietario definirse «militante».

Se requiere un sano y serio discernimiento de los propios pensamientos e intenciones para elegir, a la faro de Dios y de su palabra, aquello que es bueno y santo. En consecuencia, la vida humana y cristiana se revela como una «lucha» contra el mal (Cf. Gaudium et spes

La irradiación ordinaria de la misericordia del Señor en nosotros no nos hace ávidos de carismas especiales ni de milagros. Nos baste con corresponder día tras día a la Agudeza celestial y anunciar con palabras fácilmente inteligibles el perenne mensaje del destino eterno del hombre tal y como Dios lo encomendó al magisterio infalible de la Iglesia y al sucesor de Pedro.

La Iglesia celebra la aplazamiento de la venida del Señor con una inspección abierta al conjunto de la historia, una historia de salvación. Por un ala, recuerda la gran aviso de la venida humanada del Hijo de Solemnidad de la Inmaculada Concepción Dios para hacer presente la salvación.

La Concepción de Santo Juan el Bautista: Una comparación con la concepción de Cristo y la de Santo Juan puede servir para arrojar vela sobre el dogma y sobre las razones por las que los griegos celebran desde antiguo Inmaculada Concepción la fiestas eclesiásticas de la Concepción de María.

Para ella, el privilegio mismo de ser preservada del pecado original no es un motivo de vanidad sino de total servicio a la delegación redentora de su Hijo.

Por todos nosotros, para que la celebración de la Solemnidad de hoy nos ayude a Absorber continuamente de la fuente auténtica de la alegría que es la presencia de Jesús en nuestra vida. Oremos.